Cambiar la IP de un dispositivo, puede ser una tarea más o menos sencilla, dependiendo de cual sea nuestra necesidad de hacerlo y de que IP tenemos la necesidad de cambiar, ya que no es lo mismo cambiar la IP de un equipo / dispositivo conectado a una red doméstica vía Wi-Fi o mediante cable ethernet que de una conexión a internet.
Cambiar la IP que tiene nuestra conexión por una de otro país, nos permite acceder a contenido que se encuentra bloqueado de forma geográfica, ya sean servicios de vídeo en streaming o bien páginas web que han sido censuradas en un país. Ambas funciones son los principales atractivos que nos ofrecen los servicios VPN.
Índice
Qué es la IP
La IP es la matrícula que utilizamos para navegar por internet. Cada vez que accedemos a una página web, la web de destino almacena nuestra IP, nuestra matrícula, de forma que estos saben en modo momento quien ha accedido a sus servicios. Esta IP, que la proporciona nuestro proveedor de internet (ISP por sus siglas en inglés), puede ser fija o variable.
Si la IP es fija, siempre vamos a tener la misma IP cuando naveguemos a través de esa conexión, por lo que el operador puede asociar esa IP a nuestro nombre y conocer en todo momento que es lo que hacemos en internet. Si la IP es variable, esta cambia regularmente, pero sigue estando asociada a un nombre.
Qué es una VPN
Una tenemos claro qué es la IP, tenemos que hablar de los servicios VPN. Estos servicios crean redes privadas virtuales (VPN por sus siglas en inglés) entre nuestro equipo y sus servidores, de forma que nuestro operador no sabe para que estamos utilizando su conexión a internet, por lo que no puede registrar nuestra actividad.
Pero además, al utilizar un servicio VPN, la IP que utilizamos para navegar es completamente diferente, es una IP del país que hemos seleccionado para navegar. De esta forma, podemos acceder a contenido bloqueado de forma geográfica, ya sea de servicios de vídeo en streaming o páginas web que están censuradas en nuestro país.
Cómo cambiar la IP
Al inicio de este artículo, he comentado que no es lo mismo cambiar la IP de un dispositivo de una red local que la IP que utilizamos para navegar por internet. A continuación te mostramos los pasos a seguir para cambiar ambas IPs y que ventajas y desventajas nos ofrecen.
Cambiar la IP en una red local
Todos y cada uno de los dispositivos que tenemos en casa con conexión a internet, tienen un identificador IP que comienza por 192.168.x.x. Este identificador, permite a otros dispositivos del hogar conectarse entre ellos. Si cambiamos la IP de uno de ellos, tenemos que cambiar la IP asociada en todos los dispositivos que se conectan con él.
¿Realmente merece la pena cambiar una IP local? No merece la pena por el cambio, ya que tenemos que cambiar la IP en todos los dispositivos que se conectan con ese dispositivo. El único motivo que nos podría obligar a cambiar la IP de un dispositivos local sería si entrada en conflicto con otros dispositivos, es decir que otro dispositivo tuviera asociada la misma IP, algo poco probable pero no imposible.
Para cambiar la IP de un dispositivo conectado a una red local, debemos acceder a las opciones de configuración del dispositivo, ya sea Wi-Fi o a través de cable ethernet y establecer una IP fija. De esta forma, no será la red quien le facilitará una IP sino que será el dispositivo quien facilitará el identificador con el que quiere ser reconocido.
Cambiar la IP de una conexión a internet
A la hora de cambiar la IP de nuestra conexión a internet, es decir la IP que utilizan todos los dispositivos que se conectan a internet a través del mismo módem o router, tenemos tres opciones.
Reiniciar el router
El método más sencillo para cambiar la IP asociada a un módem o router es reiniciar el dispositivo. Dependiendo de cual sea nuestro operador, es posible que tras reiniciarlo, sigamos teniendo la misma IP. Eso significa que nuestra IP es fija, es decir, que nuestro identificador en el ISP es siempre el mismo, no tenemos una IP variable.
Tener una IP fija nos permite crear un servidor propio a través de nuestro ordenador, servidor al que podemos acceder con nuestra IP (una opción que también está disponible con IP variables pero es un proceso más complejo). Algunas operadoras permiten cambiar la IP variable por una fija, una opción interesante si quieres crearte un servidor propio sin necesidad de utilizar un NAS.
Utilizar una VPN
El otro método que tenemos a nuestra disposición para cambiar la IP es utilizar un servicio VPN. Cuando utilizamos una VPN, antes de conectarnos a internet, tenemos que utilizar la aplicación del servicio que hemos contratado para seleccionar el país desde donde queremos conectarnos supuestamente.
De esta forma, nuestro operador, no sabrá en ningún momento, para que estamos utilizando la conexión a internet que hemos contratado. Gracias al anonimato que nos ofrecen estos servicios, podemos descargar cualquier tipo de contenido de internet (como por ejemplo Torrents) sin que nuestro operador lo sepa y poder así, informar a las autoridades correspondientes, ya que en algunos países está totalmente prohibido.
Las VPN que son de pago, no almacenan ningún registro de nuestra navegación por internet, por lo que a la hora de elegir un servicio de este tipo, siempre es recomendable utilizar uno de pago. Las VPN gratuitas, si almacenan nuestra actividad con el único fin de comerciar con nuestros datos al igual que hacen las operadoras.
Utilizando la red Tor
Thor es un navegador que nos permite navegar por la Dark Web, donde se encuentra todo el contenido que no es indexable por los buscadores como Google, principalmente por que se trata de contenido ilegal. Cuando hacemos uso de Thor, el navegador se conecta a un servidor que nos cede temporalmente una IP para navegar a través de internet, no únicamente a la través de la web oscuro.
La IP que nos cede temporalmente es aleatoria, por lo que no es una alternativa a las VPN si queremos acceder a contenido limitado geográficamente pero si para navegar de forma anónima sin que nuestro operador de internet pueda rastrear toda nuestra actividad. Hay que tener en cuenta que la velocidad de navegación es muy inferior a la que nos ofrece nuestro ISP.
Conclusión
Una vez conocemos qués es la IP y cómo funcionan los VPN, no es complicado llegar a la conclusión de que realmente no hacen falta aplicaciones para cambiar la IP. Este proceso se puede realizar directamente desde el dispositivo que utilizamos para conectarnos a internet vía una conexión Wi-Fi o bien utilizar directamente una VPN.
En internet podemos encontrar un gran número de aplicaciones que nos aseguran permitirnos cambiar la IP de nuestra conexión de forma totalmente gratuita, aplicaciones que en la mayoría de los casos, incluyen algún tipo de malware.
Sé el primero en comentar