Cómo abrir puertos del router

puertos router

Cuando queremos jugar online en nuestra consola o PC, a la hora de realizar una videoconferencia o incuso cuando tratamos de configurar clientes torrent de descarga. Para llevar a cabo estas y muchas otras operaciones es necesario abrir puertos del router. En este post vamos a ver cómo y por qué hacerlo.

Lo primero que hay que saber es que, al conectarnos a Internet, todas las aplicaciones de nuestros dispositivos redirigen su tráfico a través de unos puertos determinados puertos. Por ejemplo, hay un puerto específico para navegar por la red que se encuentra abierto de forma permanente. En cambio, los puertos que utilizan juegos y otras aplicaciones menos habituales permanecen cerrados por defecto, por una simple cuestión de seguridad. En esos casos, para permitir que estas aplicaciones puedan conectarse, es necesario abrir los puertos.

Con esta operación estaremos indicando al router que reenvíen todo el tráfico que llegue a través de estos puertos a la IP del ordenador que lo solicita. Explicado así, lo de abrir puertos del router puede parecer algo complicado, pero en realidad es bastante sencillo. Se puede usar el símil de que estamos abriendo las puertas de una casa para que entren los invitados que esperamos.

Lo que complica la cosa es que cada tipo de router utiliza una interfaz de usuario diferente. Eso significa que cuenta con opciones de configuración propias.

Tipos de puertos de router

Todos los routers cuenta con nada menos que 65.536 puertos numerados. Estos puertos estándar de comunicación definidos por el modelo OSI (Open System Interconnection), que es el modelo de interconexión de sistemas abiertos, el mismo que establece cuáles deben permanecer abiertos siempre y cuáles no.

Estos son los cuatro tipos básicos de puerto que vamos a encontrar en cualquier router:

  • Puertos abiertos permanentemente (del 0 al 1.023), asignados de entrada a la comunicación del sistema operativo y sus protocolos de comunicación más habituales.
  • Puertos registrados (del 1.024 al 49.151), que son los que se usan normalmente para juegos y aplicaciones. En muchas ocasiones, se configuran (abren) de forma automática durante el proceso de instalación de la aplicación.
  • Puertos dinámicos o privados (del 49.152 al 65.535), usados solo para conexiones específicas a un determinado servidor, como por ejemplo los clientes de torrent y P2P.

¿Por qué unos puertos permanecen abiertos y otros cerrados? ¿No sería mucho más práctico dejarlos todos siempre abiertos? La respuesta es evidente: no es conveniente hacerlo así por una mera cuestión de seguridad. Volviendo al ejemplo de la casa, a nadie se le ocurre dejar todas las puertas abiertas todo el tiempo. Así que solo hay que abrir ciertos puertos del router cuando vayamos a utilizarlos y cerrarlos una vez que ya no los usamos.

Abrir puertos del router paso a paso

Estos son los pasos a seguir para abrir determinados puertos del router:

Conocer la dirección IP del ordenador

El paso previo para abrir los puertos de un router es saber cuál es la dirección IP del dispositivo en el que vamos a ejecutar la aplicación. Hay dos modos de obtener la IP de nuestro ordenador, dependiendo de cuál sea nuestro sistema operativo:

  • Windows: Configurar la IP manualmente.
  • Mac: Configurar el servidor DHCP del router de modo que siempre asigne la misma IP a nuestro ordenador.

Apertura automática de puertos

En casi todos los routers está disponible una función automática de apertura de puertos: Universal Plug and Play (UPnP), capaz de abrir un puerto cuando sea necesario y redireccionarlo a la aplicación que lo solicite. El cierre se produce también de forma automática cuando el puerto deja de usarse, preservando así la seguridad.

Para habilitar el protocolo UPnP solo hay que acceder al menú de configuración NAT del router (las opciones de configuración avanzada) y activar la función marcando la casilla correspondiente y pulsando después del botón de «Guardar».

Apertura manual de puertos

Si la opción automática no está disponible y hay que abrir los puertos de forma manual, la cosa se complica, ya que cada router cuenta con su propio modo de hacerlo. Sin embargo, existe un método general que sirve para la mayoría de dispositivos:

  1. En primer lugar, accedemos a la configuración del router a través de la puerta de enlace e iniciamos sesión.
  2. Allí buscaremos el apartado «Port Forwarding».
  3. En esta pantalla procedemos a configurar los reenvíos de puertos:
    • Nombre: asignaremos uno para la regla que vamos a establecer.
    • Dirección IP WAN desde la que se van a redirigir los datos.*
    • Puerto WAN inicial.
    • Puerto WAN final.
    • Puerto LAN inicial.
    • Puerto LAN final.
    • Dirección IP de la LAN: Dirección IP local donde serán reenviados los puertos configurados.
  4. Finalmente, pulsaremos «OK» y reiniciaremos el equipo para comprobar que los cambios han sido implementados.

(*) Si dejamos este campo en blanco, se reenviará el tráfico de todas las IP.

Comprobar que los puertos están abiertos

Una vez abiertos los puertos, es aconsejable confirmar que la configuración se ha realizado de modo exitoso. Hay una forma muy sencilla de hacer esta comprobación, ejecutando el siguiente comando en el Símbolo del sistema de Windows. Así es cómo se hace:

  1. Usamos la combinación de teclas Windows + X.
  2. A continuación, en el menú que se abre elegimos la opción Símbolo del sistema (administrador).
  3. En la ventana de comandos de Windows que se abre, escribimos el comando netstat -an y pulsamos «Enter».

Tras esto aparecerá en pantalla un listado con una enumeración de todos los puertos al que nuestro equipo tiene acceso, junto con el protocolo (UDP/TCP) que cada uno de ellos está usando. Para la verificación que deseamos hacer, es suficiente con buscar el puerto que se acaba de abrir y chequear su estado.

Conclusión

Son muchos los casos en los que resulta imprescindible abrir los puertos del router y asegurar así que nuestra conexión funcione de manera correcta: jugar por internet, ya sea a través del PC o de una consola, para hacer funcionar a ciertas aplicaciones de comunicación, como por ejemplo Skype, para configurar un servidor o para acceder a algunos programas de descarga.

Lo único a lo que debemos prestar atención es a hacerlo bien y solo en los casos en los que es necesario, evitando así exponer a nuestro ordenador o dispositivo a potenciales amenazas.


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