El panorama digital actual se ha vuelto cada vez más peligroso, con un notable repunte en los casos de estafas en línea que afectan tanto a particulares como a empresas. Así lo ha advertido recientemente la compañía de seguridad informática ESET, que señala un cambio preocupante en las estrategias empleadas por los ciberdelincuentes.
Según los expertos de ESET, estos ataques no solo son más numerosos, sino también más sofisticados y personalizados. Los criminales aprovechan las herramientas más modernas, como la inteligencia artificial, para diseñar engaños que resultan difíciles de detectar incluso para usuarios experimentados. La advertencia pone en evidencia una tendencia al alza que exige mayor atención por parte de todos los actores del ecosistema digital.
Nuevas formas de fraude digital mucho más complejas
Entre las técnicas más habituales identificadas por ESET se encuentran el phishing, el malware y la suplantación de identidad. Estos métodos, aunque conocidos, siguen siendo eficaces cuando se presentan en formatos cada vez más convincentes. Correos electrónicos falsos, portales clonados o mensajes personalizados en redes sociales están entre los canales preferidos por estos delincuentes.
Especial mención merecen los fraudes que implican promociones falsas como ofertas de telefonía 5G o cambios de divisas inexistentes. Los atacantes simulan ser compañías reconocidas y aprovechan tanto la urgencia como el interés del usuario en conseguir mejores tarifas o condiciones financieras. Este tipo de trampas ha encontrado caldo de cultivo en un entorno de incertidumbre económica, en el que muchas personas buscan optimizar sus recursos.
Una de las herramientas que más ha disparado la efectividad de estas estafas es la inteligencia artificial. Esta tecnología permite generar mensajes que imitan perfectamente el estilo del destinatario, logrando un nivel de personalización que antes era impensable. Incluso la creación de vídeos o audios con apariencia real de familiares o responsables de empresas —conocidos como deepfakes— se está popularizando como táctica de engaño.
Los ciberdelincuentes ya no actúan de forma masiva y desorganizada, sino que elaboran campañas muy cuidadas, apuntadas a segmentos concretos de usuarios. Estas operaciones muestran un conocimiento detallado de hábitos de consumo, comportamiento digital y contextos socioeconómicos, lo que incrementa la dificultad de identificar las señales de alarma a tiempo. Para ello, es importante aprender sobre cómo protegerse frente a las amenazas digitales.
La educación digital: herramienta fundamental de defensa
Una de las recomendaciones más insistentes de ESET es formar a la población en buenas prácticas de ciberseguridad. Aprender a identificar mensajes sospechosos, verificar siempre la procedencia de las comunicaciones y evitar proporcionar datos personales sin confirmar su destino son medidas esenciales ante el incremento de estafas.
El especialista Carlos López Rodríguez, gerente de formación en ESET, apunta que la clave está en el comportamiento cotidiano online. “Hay que asumir que cualquier interacción puede ser un intento de estafa, por lo que conviene reforzar el criterio y aplicar siempre una duda razonable antes de hacer clic o responder”, indica.
El uso de servicios de mensajería populares como WhatsApp también requiere atención extra. Muchos criminales utilizan este tipo de aplicaciones para enviar enlaces maliciosos o suplantar identidades mediante números modificados. Por eso, conviene estar atento a cambios sutiles en los contactos y no fiarse únicamente de lo visual.
Además de la formación, ESET subraya la importancia de utilizar medidas tecnológicas que refuercen la protección. Instalar antivirus fiables, mantener los dispositivos actualizados y activar la verificación en dos pasos son acciones muy efectivas para frenar accesos no autorizados.
Los ciberdelincuentes suelen aprovechar errores humanos y fallos técnicos. Es decir, una contraseña débil o un sistema sin actualizar puede abrir la puerta a una estafa que podría haberse evitado con una simple revisión. De ahí que se insista tanto en la prevención continua como en la inversión en herramientas específicas de seguridad.
Inteligencia artificial: una bendición mal utilizada por los estafadores
El avance de la inteligencia artificial ha proporcionado nuevas posibilidades a la ciberseguridad, pero también a los criminales. ESET pone el foco en cómo esta tecnología se está utilizando para fabricar engaños increíblemente realistas.
- Correos electrónicos escritos con el estilo personal del destinatario, lo cual genera confianza y disminuye las sospechas.
- Audios manipulados simulando familiares o jefes de trabajo, usados para pedir transferencias urgentes o hacer solicitudes comprometidas.
- Falsas webs bancarias o de comercio electrónico, que reproducen muy fielmente el aspecto de las originales, dificultando su identificación.
Estas prácticas no solo afectan a usuarios particulares, sino también a empresas. Directivos que reciben órdenes de pagos apócrifas, departamentos de contabilidad engañados por mensajes simulados o trabajadores que completan “encuestas internas” que terminan siendo estafas, son algunos de los casos detectados recientemente.
Lo preocupante es que estos ataques no requieren grandes recursos. Basta con tener acceso a aplicaciones de IA de uso general y cierta información de la víctima para lanzar una ofensiva efectiva. Esto ha democratizado el crimen digital y ha bajado la barrera de entrada para que más actores participen en él.
Cómo actuar tras ser víctima de una ciberestafa
Si ya se ha cometido el error y se ha caído en una estafa digital, ESET recomienda actuar con celeridad para minimizar los daños. Los pasos a seguir incluyen:
- Poner el caso en manos de las autoridades competentes cuanto antes.
- Contactar con los proveedores de los servicios afectados (banco, correo, redes sociales) para bloquear accesos indebidos.
- Modificar todas las contraseñas relacionadas, incluso si no fueron directamente utilizadas durante el ataque.
- Evitar seguir utilizando los canales afectados hasta tener certeza de que se ha restablecido la seguridad completa.
ESET resalta que crear una cultura digital consciente y responsable es clave para reducir el impacto de este tipo de fraudes. La colaboración entre usuarios, empresas y entidades públicas resulta indispensable para contener una amenaza que no respeta fronteras ni perfiles.
Las tácticas de los cibercriminales seguirán evolucionando, por lo que también debe hacerlo nuestra capacidad para detectarlas y responder. La advertencia hecha por ESET no busca alarmar innecesariamente, sino preparar mejor a la ciudadanía ante una realidad digital cada vez más retadora, donde el sentido común —junto a las herramientas adecuadas— sigue siendo uno de los mejores aliados contra las estafas.