Microsoft ha anunciado una nueva funcionalidad que llegará próximamente a su conocida suite de productividad Office con el propósito de agilizar los tiempos de carga de sus aplicaciones. La herramienta, denominada Startup Boost, se implementará en primer lugar en Microsoft Word durante el mes de mayo de 2025, y posteriormente se extenderá a otras herramientas como Excel, PowerPoint, Outlook y más.
Esta iniciativa tiene como objetivo mejorar la experiencia del usuario al reducir el tiempo que transcurre desde que se hace clic en el icono de una aplicación hasta que esta está lista para su uso. En la práctica, se trata de una función que opera en segundo plano: durante el arranque del sistema operativo, ciertas partes del software de Office se cargan en la memoria de forma anticipada, de modo que al abrirlas manualmente, el sistema solo deba reanudar lo que ya estaba parcialmente iniciado.
¿Qué es exactamente Startup Boost?
Startup Boost es una funcionalidad integrada directamente desde el instalador de Microsoft Office. Su función es iniciar en segundo plano parte de las aplicaciones cuando el ordenador arranca, dejándolas en estado de suspensión hasta que el usuario las necesite. En ese momento, el arranque completo se realiza de forma casi instantánea, lo que se traduce en una mayor fluidez en el uso diario.
El sistema implementa tareas programadas visibles en el Programador de Tareas de Windows, denominadas «Office Startup Boost» y «Office Startup Boost Logon». Estas tareas permiten gestionar la precarga de componentes de Office, mejorando así la velocidad sin necesidad de rediseñar los programas desde cero. Para quienes se preguntan sobre el rendimiento de su red, pueden además revisar cómo solucionar problemas de conexión en caso de necesitar.
Desde Microsoft se ha aclarado que esta funcionalidad no incrementará el uso de memoria de forma descontrolada. En el caso de que el sistema necesite liberar recursos, el propio Windows podrá eliminar estos elementos precargados automáticamente. De este modo, se prioriza mantener un equilibrio entre rendimiento mejorado y consumo de recursos ajustado a la situación del equipo.
Requisitos mínimos para aprovechar la mejora
No todos los ordenadores serán compatibles con Startup Boost. Para que esta función se ejecute de manera correcta, es necesario contar con al menos 8 GB de memoria RAM y 5 GB de espacio libre en disco. Este filtro busca evitar un impacto negativo en equipos con características más modestas, donde el beneficio podría no compensar la utilización de recursos al inicio.
También se ha especificado que si el mismo sistema entra en modo de ahorro de energía, la función queda suspendida automáticamente. Es decir, en portátiles o situaciones donde se busque minimizar el consumo energético, Startup Boost no permanecerá activa, evitando así que suponga una carga innecesaria sobre la batería.
Además, aunque técnicamente se pueda eliminar la tarea desde el Programador de Windows, el instalador de Office volverá a activarla tras cada actualización. Por tanto, si un usuario decide prescindir de esta funcionalidad, deberá hacerlo directamente desde las opciones de configuración dentro de la propia aplicación, como en Word, donde se puede encontrar una casilla para activarla o desactivarla a voluntad.
¿Y si prefieres no usarla?
Aunque la idea detrás de Startup Boost es reducir el tiempo de espera al abrir aplicaciones, hay usuarios que podrían considerar esta función innecesaria o incluso contraproducente. Algunos de los motivos para ello son posibles interferencias con el arranque del sistema o el deseo de tener un entorno más limpio, sin procesos ejecutándose en segundo plano sin intervención directa.
Para estos casos, Microsoft ha incluido una opción que permite desactivar esta funcionalidad de forma sencilla. Esto puede hacerse desde el menú de configuración de cada aplicación individual, accediendo a las opciones generales. En el caso de Word, por ejemplo, será posible encontrar una casilla específica que permite decidir si se quiere mantener activado Startup Boost o no.
De todos modos, existe una peculiaridad: si bien se puede desactivar, cada instalación o actualización de Office volverá a activar la función automáticamente. Por tanto, quienes deseen mantenerla deshabilitada de forma permanente, deberán revisar dicha configuración tras cada nueva versión.
Una mejora enfocada en la percepción de uso
Más allá de los detalles técnicos, lo que resulta evidente es que Microsoft está centrando esfuerzos en mejorar lo que se conoce como rendimiento percibido. Este concepto hace referencia al tiempo que el usuario cree que tarda en ejecutarse una acción, más allá de la diferencia real en segundos.
En un contexto donde las herramientas ofimáticas tradicionales compiten con versiones más ligeras, como las aplicaciones web o alternativas más minimalistas, mejoras como esta pueden marcar la diferencia en la experiencia del usuario. Abrir Word casi instantáneamente puede aumentar la sensación de fluidez, incluso cuando las funcionalidades del programa no han cambiado.
Microsoft ya había utilizado este tipo de estrategia en otros productos, como su navegador Edge, que también implementó una versión de Startup Boost para reducir los tiempos de arranque. Ahora, tras ver sus buenos resultados, extiende el mismo concepto a su conjunto de herramientas ofimáticas, que continúan siendo un pilar central en entornos laborales, educativos y domésticos.
Mejoras en eficiencia
Esta nueva función también se suma a otros esfuerzos recientes realizados por la empresa para modernizar la experiencia de usuario sin rehacer desde cero sus aplicaciones principales. El enfoque se centra en mejorar la eficiencia sin comprometer estabilidad, sobre todo en aquellos dispositivos con especificaciones más ajustadas.
La llegada de Startup Boost supone un intento por reducir pequeñas fricciones diarias, algo que, aunque pueda parecer menor, termina teniendo un impacto significativo en la percepción de calidad de los productos tecnológicos.
Queda por ver si esta mejora consigue el efecto deseado o si genera nuevas complicaciones para determinadas configuraciones. En cualquier caso, los usuarios tendrán la posibilidad de elegir si utilizarla o no, y ajustar su funcionamiento conforme a sus necesidades. A partir de mayo, Word será el primer programa en recibir este impulso silencioso; en los meses siguientes, se irá desplegando al resto de la suite Office.